Aprendiendo soy feliz
Cada encuentro se ha convertido no solo en una oportunidad para aprender, sino para compartir una sonrisa. Y es que verlos sonreír es una gran motivación, sin importar la distancia, ni cuan lejos estemos, todos siempre dispuestos a brindar lo mejor. Seguimos cantando, trabajando y dando lo mejor de cada uno. Definitivamente nuestros niños del CMA nos demuestran que para ser felices, el cómo es lo de menos.